Vertientes Psicológicas

La Elección de la Terapia Psicológica.

Elegir el tipo de terapia adecuada puede suponer un reto, principalmente debido al desconocimiento de las diversas vertientes psicológicas que existen. Este desconocimiento puede llevar a elegir una terapia inadecuada, lo que afecta directamente los resultados del tratamiento y el bienestar emocional de la persona.

Un estudio de la American Psychological Association (APA) señala que el 75% de las personas que buscan ayuda psicológica desconocen las diferencias entre los tipos de terapia disponibles y las vertientes psicológicas que las fundamentan. La elección de un tipo de terapia debe estar alineada con el tipo de problema que se quiere resolver. 

A nivel mundial, la mayoría de las personas que buscan ayuda psicológica suelen depender de recomendaciones informales o buscar opciones que están más a su alcance sin informarse adecuadamente. Un estudio realizado en el Reino Unido por la Organización Mind encontró que el 64% de los pacientes que comenzaron una terapia no estaban seguros de qué tipo de terapia recibían o qué enfoque se estaba utilizando. En España, una investigación de la Sociedad Española para el Estudio de la Ansiedad y el Estrés (SEAS) mostró que solo el 37% de los pacientes estaban familiarizados con las vertientes psicológicas antes de iniciar un tratamiento, y de estos, el 22% cambió de tipo de terapia tras conocer otras opciones. Estos datos sugieren que una parte significativa de las personas que buscan tratamiento podrían no estar aprovechando al máximo los beneficios de la variedad de terapias psicológicas existentes, simplemente por falta de información.

Elegir una terapia que no esté alineada con el problema puede ralentizar el proceso de mejora o generar frustración. Por ejemplo, alguien con trastorno de estrés postraumático podría no obtener buenos resultados de una terapia orientada únicamente al presente, como la terapia centrada en soluciones, ya que su situación requiere una intervención más enfocada en la resolución de traumas. Además, la falta de alineación entre las expectativas del paciente y los resultados de la terapia puede llevar a una tasa de abandono más alta. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), aproximadamente el 30% de las personas que inician una terapia psicológica abandonan el tratamiento en las primeras sesiones, muchas veces debido a la percepción de que la terapia no está funcionando. Este porcentaje podría reducirse si los pacientes tuvieran una mejor comprensión de qué esperar de cada tipo de enfoque terapéutico.

Para mejorar los resultados terapéuticos, es fundamental que las personas se informen adecuadamente antes de elegir un tipo de terapia. Puesto que, ante una oferta tan variada de enfoques y técnicas, la clave para encontrar el camino correcto radica en la información. Existen fuentes fiabless como la APA, la OMS y otras asociaciones psicológicas internacionales ofrecen guías informativas sobre los tipos de terapia disponibles. Sin embargo, en esta sección te dejo una breve descripción de las vertientes y terapias actuales más conocidas.

Vertiente Psicológica vs. Tipo de Terapia.

Antes de profundizar en el tema, es esencial aclarar la diferencia entre una vertiente psicológica y un tipo de terapia.

Vertiente psicológica: Es el marco teórico o enfoque general que explica cómo los psicólogos entienden el comportamiento humano y los procesos mentales. Estas vertientes incluyen perspectivas como la psicología cognitiva, psicología conductista, psicología psicodinámica, entre otras. Cada una ofrece una explicación diferente sobre las causas de los problemas psicológicos y, por tanto, tiene distintas estrategias para abordarlos.

Tipo de terapia: Es la aplicación práctica de estas vertientes psicológicas, es decir, los métodos específicos utilizados para tratar problemas psicológicos. Por ejemplo, la Terapia Cognitivo-Conductual (TCC) es un tipo de terapia que surge de la vertiente cognitivo-conductual y está diseñada para modificar los patrones de pensamiento y comportamiento. Otros tipos de terapias, como la terapia Gestalt o la terapia sistémica, derivan de otras vertientes psicológicas.

Las Vertientes Psicológicas y sus Terapias: El Enfoque adecuado para cada problema.

Aquí profundizaremos en distintas vertientes psicológicas y en los tipos de terapia que se derivan de ellas, explorando hacia qué problemas o trastornos están enfocadas. 

  • Psicología Cognitivo-Conductual (TCC): La psicología cognitivo-conductual se centra en cómo los pensamientos influyen en las emociones y los comportamientos. Parte de la premisa de que los problemas psicológicos son, en parte, producto de pensamientos distorsionados o disfuncionales y patrones de comportamiento aprendidos. Está recomendada para personas que padecen de depresión, ansiedad generalizada, fobias, trastornos obsesivos-compulsivos (TOC), trastornos alimentarios (anorexia, bulimia) y trastornos del sueño. La TCC es altamente estructurada y basada en la evidencia, lo que la hace ideal para personas que desean resultados concretos en un periodo relativamente corto.

Terapias Derivadas

– Terapia Cognitivo-Conductual (TCC): Se enfoca en cambiar los pensamientos automáticos negativos y las conductas no saludables.

– Terapia de Aceptación y Compromiso (ACT): Combina la atención plena (mindfulness) con la aceptación de pensamientos y emociones difíciles, mientras se trabaja en comprometerse con acciones alineadas a los valores del paciente.

  • Psicología Psicodinámica: La psicología psicodinámica proviene de las teorías psicoanalíticas de Sigmund Freud, y se centra en los procesos inconscientes, conflictos internos y experiencias de la infancia que afectan el comportamiento actual. Se enfoca en ayudar al paciente a comprender y resolver los conflictos inconscientes. Está recomendanda para personas con Trastorno de la personalidad, depresión crónica, ansiedad generalizada, problemas de apego y relaciones interpersonales y traumas de la infancia. Este enfoque es útil para quienes buscan un autoconocimiento profundo y desean explorar las raíces de sus problemas emocionales, más allá de los síntomas visibles.

Terapias Derivadas

– Terapia Psicodinámica: Explora cómo los problemas del pasado influyen en el presente, buscando hacer conscientes los conflictos reprimidos.

– Psicoanálisis: Una terapia más intensiva que busca explorar profundamente el inconsciente, generalmente a través de sesiones más frecuentes.

  • Psicología Humanista: La psicología humanista se centra en el crecimiento personal, la autorrealización y la capacidad del ser humano para encontrar un propósito. Esta vertiente considera que cada persona tiene una tendencia innata hacia la salud psicológica y la autocomprensión. Está recomendada para personas que padecen crisis existenciales, problemas de autoestima, dificultades en la autoaceptación, problemas en relaciones interpersonales, búsqueda del sentido de la vida. Las terapias humanistas son ideales para personas que buscan un espacio seguro para reflexionar sobre su vida, emociones y decisiones sin juicios, y que desean mejorar su bienestar emocional desde un enfoque de crecimiento personal.

Terapias Derivadas

– Terapia Centrada en el Cliente (Carl Rogers): El terapeuta ofrece un espacio de empatía, autenticidad y aceptación incondicional para que el paciente explore sus sentimientos y encuentre sus propias soluciones.

– Terapia Gestalt: Se enfoca en el presente, promoviendo la conciencia de las emociones y experiencias en el “aquí y ahora”.

– Terapia Morita.

  • Psicología Sistémica: La psicología sistémica se basa en la idea de que los individuos no pueden entenderse de manera aislada, sino que forman parte de sistemas (como la familia o las relaciones interpersonales). Por tanto, los problemas psicológicos son el resultado de dinámicas dentro de estos sistemas. Está recomendada para personas con problemas familiares, de pareja, dificultades en la comunicación o problemas de conducta. Este enfoque es particularmente útil cuando los problemas individuales están profundamente influenciados por la dinámica familiar o de pareja. Es ideal para personas que desean mejorar sus relaciones y resolver conflictos sistémicos.

Terapias Derivadas

– Terapia Familiar Sistémica: Analiza los patrones de comunicación y las relaciones dentro de la familia para entender los problemas individuales.

– Terapia de Pareja: Explora la dinámica entre los miembros de la pareja para resolver conflictos.

  • Neurociencia Cognitiva: La neurociencia cognitiva estudia la relación entre el cerebro y los procesos mentales, explorando cómo las estructuras cerebrales influyen en el comportamiento, la emoción y el pensamiento. Recomendada para personas con lesiones cerebrales, trastornos neurodegenerativos (Alzheimer, Parkinson), Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH) y epilepsia. Este enfoque es esencial para personas que padecen trastornos neurológicos o que han sufrido lesiones cerebrales, ya que trabaja directamente en la rehabilitación de funciones cognitivas.

Terapias Derivadas

– Rehabilitación neuropsicológica: Intervenciones que buscan mejorar el funcionamiento cognitivo tras daños cerebrales.

– Terapias basadas en neurofeedback: Utilizan la actividad cerebral para enseñar a las personas a autorregular sus funciones cognitivas y emocionales.

  • Psicología Positiva: La psicología positiva se enfoca en el estudio de las emociones positivas, el bienestar y la felicidad, promoviendo el desarrollo de fortalezas personales y el crecimiento emocional. Recomendada para personas que padecen depresión leve, estres moderado, falta de motivación o crisis vitales. Es especialmente útil para personas que desean mejorar su bienestar general y aumentar su nivel de satisfacción en la vida, enfocándose en aspectos positivos en lugar de los síntomas negativos.

Terapias Derivadas

– Terapia de Psicología Positiva: Se centra en fortalecer aspectos positivos como la gratitud, la resiliencia y el optimismo.

 

Conclusión

Con tantas vertientes psicológicas y tipos de terapia disponibles, es esencial comprender cuál es el enfoque más adecuado según el problema o trastorno que se desea tratar. Cada vertiente psicológica ofrece una perspectiva única sobre los problemas humanos, y elegir el tipo de terapia correcto puede marcar una gran diferencia en la efectividad del tratamiento.